Escena animada estilo Pixar: Juan y Andrés celebrando su vuelta al mundo en un barco, frente a un arcoíris. El océano azul y tranquilo, con gaviotas volando. Juan y Andrés se abrazan, felices y emocionados. Estilo cálido, luminoso y emotivo

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EXT. OCÉANO – DÍA

El sol brilla intensamente sobre un océano azul turquesa, casi irreal en su calma. Pequeñas olas suaves acarician el casco de un velero de tamaño mediano, con las velas recogidas. Un arcoíris vibrante y completo se arquea sobre el horizonte, sus colores saturados y brillantes, como si hubiera sido pintado por un maestro. Gaviotas blancas se deslizan elegantemente en el cielo, sus siluetas recortadas contra el arcoíris.

En la cubierta del velero, JUAN (30s, cabello castaño revuelto por el viento, barba incipiente, ojos llenos de alegría) y ANDRÉS (30s, cabello negro corto, sonrisa radiante, ojos brillantes) se abrazan con fuerza. Ambos llevan ropa informal y algo desgastada, pero limpia, que refleja su viaje. Sus ropas tienen parches coloridos y pequeños detalles que sugieren las diversas culturas que han visitado.

La animación utiliza un estilo Pixar característico: los personajes son ligeramente estilizados, con rasgos faciales expresivos y movimientos fluidos. La luz es cálida y dorada, creando una atmósfera de felicidad y paz. Se puede ver el reflejo del sol en el agua, creando destellos brillantes.

Juan y Andrés se separan del abrazo, todavía con amplias sonrisas. Juan le da una palmada en la espalda a Andrés, un gesto amistoso y afectuoso. Sus expresiones transmiten una profunda satisfacción y camaradería.

JUAN (Voz alegre, con un ligero acento): ¡Lo hicimos, Andrés! ¡Lo logramos!

ANDRÉS (Voz emocionada): ¡Increíble, Juan! ¡Una vuelta al mundo! Nunca olvidaré este viaje.

Andrés mira el arcoíris, sus ojos brillando con asombro. Juan lo imita, ambos absortos en la belleza del momento. Se ven pequeños en la inmensidad del océano, pero su alegría y satisfacción llenan la escena.

Una gaviota aterriza cerca de ellos, picoteando el suelo de madera de la cubierta. Andrés le ofrece una pequeña galleta que saca de su bolsillo, un gesto de ternura y conexión con la naturaleza.

Juan y Andrés se miran de nuevo, una sonrisa cálida y silenciosa pasando entre ellos. Se abrazan una vez más, un abrazo más largo y contemplativo esta vez, que transmite la profundidad de su amistad y su logro compartido. La cámara se aleja lentamente, mostrando la belleza del paisaje y la pequeñez de los dos amigos contra el telón de fondo del océano, el arcoíris y el cielo.

[FIN DE ESCENA]